lunes, 4 de julio de 2011

A título de un cobarde

Yo soy el cobarde por que quiero decirlo, que es de mí, que en mí queda y no en tus pensamientos. No quiero saber que existe algo en tu energía que me repele, nada en tus ojos que no quiera verme ni en tu piel que no quiera tocarme.
Que sea yo la culpa, el falso hechizo, el espejo turbio y quebrado y no tú. Seguirás siendo el azúcar en los recuerdos del insomnio.
He de quedarme sabiendo que tus besos jamás buscan los míos, ni tus preguntas alguna respuesta de mi cuerpo.
Estás en el significado abstracto de la palabra sonrisa, en todas las historias que se puedan desarrollar a partir de temas inenarrables, en la naturaleza incomprensible de las cosas muy pequeñas o demasiado grandes, en la sensación ahogada y disforme de los amantes cuando no dicen lo que sienten por que no lo saben o no lo quieren saber. Estás, también, en todo lo bueno que falta por ocurrirme.