viernes, 4 de noviembre de 2011

Hay te va una lección que no se aprende. A mí ya no me sirve. Te la regalo. Si el silencio de Portishead dijera más que música, ésta oración no necesitaría de la palabra entonces. Cagas mierda que se paga con la vida. Me generas dudas y sinsabores. Te enojó que tu hijo fuera un otoño desabrido pero sí tú ni eso. Crees que tu inteligencia lo puede todo. Y que tu triste historia ha de conmoverme. Crees en una religión sin dogmas y piensas que la figura de Satán es una broma que se convirtió en doctrina. Te sabes un hombre a medias porque tu inteligencia te da para dilucidar sobre la humanidad. Ahora estás gordo y no se te para el pito, te vistes de saco y corbata y la gente te llama Maestro. Así me contestas a dónde nos lleva la inteligencia y los años de leer tanta poesía.

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